lunes, 3 de mayo de 2010

Se noqueó a sí mismo

El venezolano Edwin Valero estaba "poseído", ganó todas sus peleas por la vía rápida y hasta el mismo se noqueó

A los 12 años comenzó a boxear. Pero cuando tenía 19 años sufrió un accidente en motocicleta. Su vida avezada lo llevaba siempre a estar en el límite. Edwin "Inca" Valero fue operado. Los médicos le hicieron una cirugía en el cerebro para extraerle un coagulo de sangre.

Un año más tarde, comenzó su carrera profesional, venciendo a Eduardo Hernández en el primer asalto. Así cosecharía 18 triunfos consecutivos en round inicial. Un nuevo record para el mundo del boxeo profesional.

Pero Valero no tenía todo consigo. La Comisión de Boxeo de Nueva York, le detectó al púgil venezolano una pequeña placa metálica en la cabeza. Era producto de aquel accidente de joven. Le negó la licencia para que boxeara en esa ciudad. Pronto todo los Estados Unidos adoptaron la misma medida.

Gracias a un promotor se fue a luchar a Japón. Y allí consiguió el título mundial superpluma. Hizo cuatro defensas. Todas las ganó por nocaut. Su impresionante registro había frotarse las manos a los promotores. Ya buscaban una pelea con el campeón welter Paquiao.

Velero ganó el título ligero por nocaut en el segundo asalto al colombiano Antonio Pitalúa. En ese momento su registro era de 25 peleas, todas ganadas por la vía del sueño.

Poseído

Pero Valero ocultaba algo terrible en su vida personal. Un periodista norteamericano señaló que su percepción del "Inca" era como si estuviese poseído. Y es que Valero era adicto al alcohol y a las drogas.

En el 2009, tuvo un incidente con su madre y hermana. Se le acusó de haberlas golpeados. Pero luego, su propia familia lo exculpó.

Valero estaba casado con una linda chica. Otra venezolana que también era víctima de las agresiones físicas de Valero.
Valero peleó con el peligroso boxeador mexicano Antonio De Marco el 6 del febrero pasado. Un golpe en la ceja, lo cortó profundamente. Su cara estaba ensangrentada, pero el venezolano siguió peleando. Y llegó hasta el asalto nuevo. El azteca cansado y muy golpeado no decidió salir.

El 18 de abril, Valero que ya era considerado en Venezuela el mejor púgil de su historia se hospedó en el hotel Intercontinental de Valencia. Ingresó a las 23:00 horas. A la 10:30 horas pidió otro cuarto, según dijo el hombre de servicio fue porque "unos sicarios lo perseguía".

A las 05:30 del domingo 18 de abril, Valero bajó a la recepción del hotel y confesó que había asesinado a su mujer.
Cuando la policía legó encontró el cuarto limpio, sin sangre, pero la mujer tenía tres heridas en el cuello producto de arma blanca. Pero hasta hoy no ha sido descubierto. Valero fue recluido en una celda de la estación policial en Carabobo. Al día siguiente la policía informó que el boxeador se había suicidado. Se colgó con su propia ropa.

Aún no está clara su muerte, pues fuente médica y el mismo abogado sostuvieron que su muerte no tiene una explicación lógica. Pues en la celda no había sogas y él no portaba una correa. Sólo su vestimenta.

Nadie pudo vencer en el ring a Velero, sólo el mismo.

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