miércoles, 22 de julio de 2009

Adiós Micky

Micky se fue cuando ya tenía un acuerdo para volver a Panamericana Televisión.

- "Pepe Lucho, ¿está tu hermano?"
Tenía la intención de que Micky me hiciera un ranking de los once mejores jugadores que vio en su vida. Le dije que le pasara la voz para que fuera pensando.
- "Acaba de salir pero regresará en media hora"
Así lo llame tres veces, pero él iba y venía. José Luis Rospigliosi me dijo que su hermano quería hablar conmigo y que no dejara de llamarlo.

Al día siguiente Micky ingresó al hospital para otra quimioterapia más. Estaba seguro que después de eso revelaría que Panamericana Televisión le había ofrecido conducir un programa deportivo los fines de semana. Al estilo de "Gigante Deportivo".

Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada. Micky empeoró y se quedó en el hospital. Esta vez era el final. Los médicos ya no podían salvarlo.

Llamé una vez más a Pepe Lucho. Me dijo que fuera al hospital. Las visitas ya estaban restringidas. En la puerta del hospital estaba Analí Cabrera con su pareja. Me comentó que un día antes no la dejaron entrar.

Pepe me autorizo para subir al sexto piso y verlo. En el cuarto estaba su hermana Lucy, a quien percibí muy desconfiada. Hablé con ella y fue contundente. Sólo esperaba la muerte de su hermano.

Cuando estuvo internado lo fui a visitar cuatro veces. Él siempre fue generoso conmigo. Lo encontraba descansando, aunque siempre me atendía y se alegraba al verme. Hasta me regaló una gorrita. Alguien se la había traído pero no dudó en decirle a su hermana que me la obsequiara.

Así era Micky conmigo. Me comentó muchas cosas. Claro que no iba como periodista sino como amigo. Me reveló que muchos lo fueron a ver y le dieron su saludo. "Que venga el que quiera", me dijo. Pero sabía perfectamente quiénes eran los hipócritas.

Incluso, desde su lecho hablamos sobre la Federación Peruana de Fútbol. Le dije que tenía documentos sobre su ilegalidad.

Me pidió que adjuntara todo. Ya se había reunido con el presidente Alan García y esperaba una segunda oportunidad.

El día del velorio Pepe Lucho me abrazó. Gritó mi nombre y me dijo que yo era su amigo. Y así lo recordaré siempre.

 

No hay comentarios: